El cannabis medicinal, una vez estigmatizado y considerado una droga recreativa, ha emergido en los últimos años como un recurso terapéutico en evolución.
El cannabis medicinal ha sido objeto de un creciente interés en el tratamiento de trastornos neuropsiquiátricos, como la ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).